lunes, 2 de marzo de 2009
Querer conscientemente es una de las experiencias más maravillosas que podamos imaginar, porque sin conciencia, el amor queda reducido a un acto animal que agota, mientras que vivido con conciencia, desde el corazón es fuente de felicidad y energía. Podemos vivir la vida desde distintos niveles de conciencia. Cuanto más profundo es el nivel de conciencia en el cual vivamos, más profunda y gratificante será nuestra vida. Querer no es desear, atraer o sufrir, querer es expandir nuestra propia conciencia. Querer es estar por encima de la separatividad, de la dualidad, del temor y del miedo. San Agustín decía: "Ama y haz lo que quieras". Ello quiere decir que cuando amas eres libre. También puedes hacer lo que quieres (lo que crees que quieres) ; pero entonces estás reaccionando y el verdadero amor, el Amor Consciente, no es reacción, sino creación.
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